La vida tiene días malos, muchas cuestas arribas, grandes esfuerzos pero llega un día como este y todas esas cosas se convierte en uno de los días más felices de mi vida hasta el momento

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Pude disfrutar de sentirme torero por unas horas y la gozada de que todo el mundo que estaba allí disfrutara al verme y al ver ese potro haciendo cosas que nadie se esperaba, con una cabeza privilegiada y toreando en todos los terrenos que la vaca necesitaba, iba a la vaca derecho como una vela, templado y en el último momento tocaba el pitón contrario y salía con empaque y torería, con la vaca metida en el estribo.